Debajo de esa pantalla patriarcal que sigue sirviendo para perpetuar el amor romántico que tanto daño nos hace, hacer el amor es un acto de entrega de vulnerabilidades. El amor es una entrega. 

Estamos en el cuarto, a solas, las dos. Me dices tu nombre, te presentas, mucho gusto qué tal. Sonríes. Te vas acercando y rozas mis brazos, cuya piel se escarapela. Mis vellos te reconocen.

Somos amigas, sé tus manías, tus errores, tus defectos. Conozco tus pequitas, tus lunares, tus 4 vellos, tus marcas de varicela, tus cicatrices. Tus aprendizajes, tus desamores, tus amores, tus gustos, tus accidentes, tus pérdidas, tus dolores, tus lágrimas, tus alegrías, tu forma de vibrar, tus huequitos cuando sonríes, esa hinchazón arriba del labio cuando estás molesta. Sé de ese episodio del cual no te gusta hablar, sé de tu dolor constante en las rodillas, sé de cuando tu papá te botó, estuviste allí cuando discutí con mamá, me viste llorar, te he visto llorar.

Me besas e introduces tu lengua dentro mío con furia, recorres toda mi boca, me dejas sin respiración, te detienes. Me agarras por detrás y me miras a los ojos. Sonríes. Deslizas tus manos por mis piernas, te saco la chompa, te sigo besando.

Me has acompañado en procesos, te he acompañado en procesos. Te he visto ansiosa, furiosa, rabiosa, descorazonada, asustada, sola. Conozco a tu mamá, a tu papá, a tus hermanxs, a tus gatxs. Nuestrxs gatxs. Amar a lxs gatxs. Gracias. Sé de comida vegetariana, aprendí a hacer hamburguesas de lentejitas, ají de champignones y a comer ají charapita gracias a ti. Tejes lazos y te introduces en mi vida, en mi rutina, en mis días, y no me fastidia, no me fastidia para nada. Me gusta, me gusta.

Me quitas las pantys, se rompen, no importa, solo sigue. Te quito la blusa, acerco tus labios y te sigo besando. Estamos desnudas, no solo físicamente. Mi piel se enrosca en la tuya. Te presto mi cuerpo.

Eres como esa vibración cuando escucho un disco de Arcade Fire, o cuando tomo fotos y las revelo, cuando hago click a la cámara instantánea, cuando me pruebo algo de colores brillantes, cuando hablo en público y siento que todo lo que viví sirve de algo, que a través de la experiencia se puede llegar a más personas y cuestionarlas. Como cuando entiendo que esto es mucho más grande que unx mismx, que somos minúsculas pero que cada esfuerzo, intento, vale en esta revolución mucho más grande que nosotras. Pero que esto es especial, es una luz inmensa, una fuerza, una energía que crea. Crea. Da. Me hace vibrar, me hace sentir muy bien, me hace feliz. En este sistema y mundo que nos deshumaniza y nos dice que callemos nuestras emociones o sentimientos. Que lo personal es político pero no me hables de cómo te sientes, eso no importa, pero sigamos articulando y ejecutando, por favor. Eres Venus en conjunción a Júpiter en Leo, lo que nos hace brillar y vibrar al mismo tiempo, lo que nos hace sentir, esa luz que no se puede evitar, esa felicidad. Creo que se llama amor en sororidad, en vínculos, en lazos, en hermandades, en comunidades, en manadas.

Bajas despacio, te encuentras con una vulnerabilidad inmensa, te muestro quién soy, sin barreras, sin vallas, sin muros, sin ropa. La saboreas y te gusta. Abro mis piernas, me acomodo al ritmo que llevas, me miras, sonrío yo. El amor cada vez se pone mejor. Murmuras cosas, yo gimo. Mis piernas se agitan y mis manos buscan algo en donde aferrarme.

Pero no te acostumbres que acabará. Sí pero no ahorita, no ahora. Ahora está en su mejor momento, está brillando inmensamente, y lo tengo que mostrar, que enunciar, que visibilizar, es necesario, es importante, es hermoso.

Te dejo entrar, exploras ese mundo húmedo y me besas. Te insisto en que lo hagas con fuerza porque quiero sentirte dentro de mí y que me sientas, que me toques, que me toques el alma. Muero una vez, y luego otra. Explosiones, fuego, luz, brillar, explotar. No hay nada más poderoso que eso, dejar que entres en mí, me conozcas y decidas quedarte dentro mío. Por un rato. Un pequeño pero intenso rato.

Tenemos nuestros primeros desencuentros, aún son como espinitas que duelen, nos reconocemos humanas, te pido perdón, lo trabajamos, invertimos, nos perdonamos. Te acompaño, me acompañas. Te entrego mis días, mis miedos, mis esperanzas. Me entregas tus fuerzas, tus debilidades, tus dudas, tus certezas. Y así, nos seguimos acompañando. Tratando de construir un amor no patriarcal y de deconstruir nuestras concepciones de amor. Que en la lucha por el amor romántico, no nos olvidemos de confiar, de aprender a entregar, a mostrarnos vulnerables ante alguien y sentirnos cómodas. Como en casa, en nuestra propia piel, con alguien al costado. Y que está bien. ¿Muchas confianzas? Así tiene que ser, no hay otra forma más de construir que confiando, creyendo. Y decidiendo.

Siento placer al hacerte algunas cosas. Y casualmente esas cosas te excitan, te hacen vibrar. Eso es el amor, hacer cosas bonitas por alguien, y que esas cosas le gusten, te gusten, te conmuevan, te emocionen. Cuidarse sexualmente porque de esa forma le estás cuidando. Preocuparse por ellx y cómo se siente. Y que eso no invalide ni ponga en jaque mi independencia o individualidad. Equilibrio. Tú, yo, nosotras. Equilibrio. Entrega.


* Imagen: Apollonia Saintclair